Cuida, Señor, de nuestros pastores.
Que sean, como tú, servidores de todos.
Que no hagan del poder instrumento de dominio,
sino herramienta para construir el Reino.
Que sean buscadores de la verdad y la justicia,
del bien común y la paz,
de la comunión y la esperanza.
Que sepan ser exigentes sin ser inflexibles,
comprensivos sin ser indiferentes,
fieles sin ser rígidos.
Que vivan, como Tú, con las manos abiertas
para acariciar, acoger y levantar.
Que sus vidas apunten hacia Ti.
Que sus palabras sean eco de la tuya.
Que sus pasos vayan tras los tuyos.
Que su enseñanza sea tu evangelio.
Y que su liderazgo sea un carisma más
al servicio de la comunidad,
en este cuerpo que somos todos,
del que solo Tú eres cabeza, Señor.
(Rezando voy)